viernes, 17 de febrero de 2012

Mecanismos de defensa.

Los mecanismos de defensa:

Sublimación:
El impulso se canaliza hacia una forma más aceptable, es derivada hacia un nuevo fin. Una pulsión sexual se sublima hacia una finalidad no sexual, apuntando a objetos valorados socialmente, como la actividad artística y la investigación intelectual. Por ejemplo, el deseo de un niño por la exhibición, puede sublimarse mediante una carrera en el teatro.

Represión:
Es el mecanismo por el cual el inconsciente borra eventos y pensamientos que serían dolorosos si se mantuvieran en el nivel conciente. Por ejemplo, el olvido del cumpleaños de un familiar fallecido.

Proyección:
Los sentimientos o ideas estresantes, son proyectados hacia otras personas u objetos cercanos.

Negación:
Es el mecanismo por el cual el sujeto trata aspectos evidentes de la realidad como si no existieran.

Introyección:
Es el mecanismo por el cual una persona incorpora elementos de la personalidad de otra.

Regresión:
Es un mecanismo que lleva a retomar el nivel de desarrollo anterior, más infantil. Por ejemplo, el comportamiento de los niños cuando nace un hermano (chuparse el dedo, orinarse, etc.).

Formación reactiva:
Detiene la aparición de un pensamiento doloroso, sustituyéndolo por otro más agradable.

Aislamiento:
Es un mecanismo por el cual se divorcian los recuerdos de los sentimientos, como manera de soportar los hechos.

Desplazamiento:
Es un mecanismo por el cual, se desprende un hecho o persona de los sentimientos asociados, y éstos son adjudicados a otro hecho o persona. Es lo que suele suceder con las personas que desquitan sus frustraciones con sus mascotas.

Condensación:
Es un mecanismo por el cual, elementos del inconsciente se reúnen en una sola imagen u objeto. Consiste en la concentración de varios significados en un único símbolo.

Racionalización:
Se sustituye una razón real que no es aceptable, por otra que resulte aceptable.

Resultado de los mecanismos de defensa:
Los mecanismos de defensa nos permiten mantener el balance psicológico.

Cuando estas técnicas no son suficientes, se experimentan desequilibrios como estrés y respuestas neuróticas como ansiedad y/o depresión, que frecuentemente son acompañadas por disfunciones biológicas, pérdida de sueño o apetito, enfermedades psicosomáticas como úlceras, etc. También pueden presentarse otras conductas más graves como el suicidio y los trastornos delirantes. Estos son mecanismos de defensa propios de trastornos como el delirio, la esquizofrenia, los trastornos de personalidad.





Hablar de los mecanismos de defensa en psicoanálisis implica conocer un tanto de la teoría que Freud dio a conocer en el año 1890. Los mecanismos de defensa en psicoanálisis implican un concepto fundamental para esta teoría. Pero antes de referirnos a ellos, repasemos algo de la historia del psicoanálisis y luego si especifiquemos el concepto de mecanismo de defensa en esta controvertida teoría.

Psicoanálisis, una reseña breve.

El psicoanálisis fue, y es aún, considerado de carácter revolucionario. La teoría psicoanalítica, penetra en diferentes áreas de la cultura, el arte, la filosofía, la epistemología, la ética etc. Pero sobre todo, impacta principalmente a las diferentes maneras de abordar y pensar al hombre y lo humano.
El psicoanálisis se hizo de un cuerpo de conocimiento: la ciencia, la filosofía, la poética, la mitología, entre otras expresiones y disciplinas artísticas, humanísticas y sociales. Se trata de apuestas diferentes sobre lo que es entender la problemática humana

El psicoanálisis es una forma de psicoterapia, que opera mediante el descubrimiento de las raíces inconcientes de las emociones y los actos de la persona. Para ello, el analista invita al paciente a decir cuanto le venga a la mente haciendo a un lado cualquier juicio sobre el valor o la pertinencia de sus propias ideas.
Así se vuelven evidentes ciertos patrones repetitivos, característicos de cada paciente, en sus comunicaciones al analista, quien puede entonces, por medio de sus interpretaciones, llevar al paciente a descubrir por sí mismo el origen de sus dificultades al volver a experimentarlas en la situación analítica.

Los mecanismos de defensa en psicoanálisis: el término “defensa”

El término "defensa" es el más antiguo representante del punto de vista dinámico en la teoría psicoanalítica. Aparece por vez primera en el ano 1894, en el estudio de Freud sobre Las neurosis de defensa y lo emplea trabajos ulteriores para describir las luchas del yo contra ideas y afectos dolorosos e insoportables.
Más tarde el término es abandonado y en lo sucesivo sustituido por el de "represión". No obstante, la relación entre ambas nociones permanecía indeterminada. Sólo en un apéndice complementario a Inhibición, síntoma y angustia Freud retorna al viejo concepto de defensa.

Los mecanismos de defensa en psicoanálisis
Gracias a los mecanismos de defensa, el yo se defiende tanto de la excesiva presión del ello, cuando éste reclama la realización de los apetitos, como del desmesurado control del superyo; merced a ellos, el yo también se protege de la presencia de experiencias pasadas de tipo traumático.
Los mecanismos de defensa son modos incorrectos de resolver un conflicto psicológico y pueden dar lugar a trastornos en la mente, la conducta, y en los casos más extremos a la somatización del conflicto psicológico y las disfunciones físicas que lo expresan.
Los mecanismos de defensa en psicoanálisis son:

♦ La represión: La represión es el mecanismo de defensa más importante; por él experiencias y apetitos que el sujeto considera inaceptables y que no consigue integrar adecuadamente en su personalidad se proyectan o empujan hacia las zonas inconscientes de la mente. La eficacia de la represión puede ser tal que el sujeto ignore lo que ha reprimido pero también que ha reprimido. De ahí que el terapeuta deba luchar para que el paciente sea consciente también de su responsabilidad en la represión. La represión no anula la energía psíquica reprimida; ésta pugnará por manifestarse en la vida del sujeto.

♦ La formación reactiva: este concepto de mecanismo de defensa en psicoanálisis consiste en enmascarar un motivo o emoción transformándolo en su contrario.

♦ La proyección: es un mecanismo de defensa por el medio del cual el sujeto atribuye a otras personas los propios motivos, deseos o emociones. Es una forma de ocultación involuntaria e inconsciente de su vida psíquica, consecuencia de la presión del superyo que sanciona como incorrecto el contenido psíquico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario